Historicidad de Jesús: Lo que se cree y lo que sabemos

 

Es muy notorio que, cada cierto tiempo, los creyentes cristianos en X recurran a argumentos similares. Esta vez ha tocado el turno a la historicidad de Cristo, lo que sugiere que los apologetas que siguen, funcionan más como guías motivacionales que como fuentes rigurosas, ¿por qué? Porque estos argumentos suelen estar cargados de falacias y trampas argumentativas que se sostienen por poco tiempo ante un análisis crítico. Para evitar repetir lo mismo una y otra vez, presento a continuación una recopilación de lo que he redactado en mis últimos posts, hablando de las principales fuentes y problemas historiográficos relacionados con la figura de Jesús como personaje histórico.

La Fiabilidad de los Evangelios

Papiro P52, que contiene un fragmento del Evangelio de Juan y data del año 125-150 d.C.


Uno de los primeros recursos que emplean los creyentes es la apelación a los evangelios y Hechos de los Apóstoles como evidencia. Sin embargo, en el estudio de la historia antigua, el tiempo transcurrido entre un evento y su registro escrito es crucial para evaluar su fiabilidad. En este caso, los evangelios fueron escritos entre 40 y 70 años después de la supuesta vida de Jesús. Este lapso es significativo por varias razones:Transmisión oral: Durante este periodo, las historias sobre Jesús fueron transmitidas oralmente, un proceso propenso a cambios, adaptaciones y reinterpretaciones según los intereses de las comunidades que las propagaban.
Influencias teológicas: Las primeras comunidades cristianas tenían necesidades doctrinales específicas que pudieron haber moldeado los relatos sobre Jesús para fortalecer la fe y responder a críticas externas (recordemos, por ejemplo, el Jesús gnóstico, cósmico, y con aventuras casi oníricas, o al Jesús egipcio, con sus encantamientos, y al Jesús de la infancia, que mataba por capricho).
Ausencia de registros contemporáneos: Guste o no, no existen documentos escritos durante la vida de Jesús o inmediatamente después que respalden sus enseñanzas o acciones.
A diferencia de figuras como Alejandro Magno o Julio César, que también se están mencionando mucho entre los creyentes últimamente, cuyas vidas fueron documentadas por historiadores contemporáneos o casi contemporáneos, los relatos sobre Jesús carecen de esa inmediatez. Además, los evangelios no fueron escritos por testigos oculares, sino por autores anónimos griegos con formación literaria y teológica, y no por pescadores judíos.
Aunque algunos testigos oculares podrían haber estado vivos cuando se escribieron los evangelios, esto no garantiza la fiabilidad de los relatos. Si realmente hubieran presenciado milagros como la resurrección de los muertos o un terremoto en la crucifixión, ¿por qué ningún historiador externo lo registró? La respuesta es simple: estos eventos no ocurrieron. Son parte de la tradición religiosa, no de la historia.
Se decía de Alejandro Magno, que su verdadera paternidad no correspondía a Filipo II de Macedonia, sino a Zeus. Estas historias, en parte propaganda y en parte mitificación, lo convirtieron en una figura casi divina.

Fuentes Judías y Romanas

Flavio Josefo

Flavio Josefo, un historiador judío del siglo I, es citado frecuentemente como evidencia extrabíblica de Jesús. Sin embargo, el pasaje conocido como Testimonium Flavianum, que menciona a Jesús, ha sido objeto de debates entre académicos. La mayoría de los estudiosos concuerdan en que el texto fue interpolado por escribas cristianos, lo que hace dudar de su autenticidad.

El Talmud y la Mishná

El Talmud y la Mishná son otroas de las cartas que quieren jugar, pero estos textos rabínicos fueron compilados siglos después, y aunque contienen referencias vagas a figuras que podrían identificarse con Jesús, su valor como evidencia histórica es mínimo.

Tácito y Suetonio

Los historiadores romanos Tácito y Suetonio también son mencionados como pruebas de la existencia de Jesús. Sin embargo, un análisis crítico de sus textos revela lo siguiente:
  • Tácito: En Anales (15.44), escrito alrededor del 116 d.C., menciona a "Cristo" como ejecutado bajo Poncio Pilato. Esto confirma la existencia de cristianos en Roma, no la existencia de Jesús (es como decir que Mormón existió porque los mormones existen). La información de Tácito probablemente proviene de fuentes secundarias y no de registros oficiales.
  • Suetonio: En Vida de los doce Césares, menciona a "Cresto" como instigador de disturbios en Roma durante el reinado de Claudio. Sin embargo, no es claro si esta referencia alude a Jesús o a otro personaje, y está lejos de ser una biografía o algo parecido.
Ambas fuentes pueden sugerir la existencia de un movimiento cristiano temprano, pero no constituyen evidencia directa de Jesús como personaje histórico.
En Anales, Tácito relata la persecución de los cristianos por Nerón tras el incendio de Roma. La mayoría considera el pasaje auténtico, aunque algunos cuestionan si exageró el papel de los cristianos o dependió de fuentes secundarias.

La Mitificación de Jesús

El proceso de mitificación de Jesús es comparable al de otras figuras históricas:
  • Alejandro Magno: Poco después de su muerte, ya se le atribuían orígenes divinos y hazañas sobrenaturales, pero esto no significa que los historiadores piensen, sepan o hayan probado que Alejandro fue un ser sobrenatural.
  • Apolonio de Tiana: Filósofo y taumaturgo del siglo I d.C., cuyas historias milagrosas recuerdan a las de Jesús. Su historia fue escrita por Filóstrato en el siglo III, ¿eso significa que Apolonio era un ser mágico? No, solo significa que existió.
La construcción mítica de Jesús sigue el patrón de siempre para el caso: la ausencia de documentos contemporáneos, la transmisión oral, la influencia de las comunidades religiosas y la adaptación de elementos mitológicos previos.

Desde una perspectiva histórica y metodológica rigurosa, su existencia como personaje histórico no está probada con certeza absoluta, ¿existió? Muy probablemente, pero como predicador, en algún momento del siglo I, no como un ser sobrenatural o mágico, y las fuentes que lo mencionan son tardías, sesgadas o carecen de corroboración independiente. Ni hablar de sucesos sobrenaturales o milagros, eso forma parte de un mito. 

Recomendación:

Título:
¿Existió Jesús realmente?
Editorial: Raíces
Autor: Antonio Piñero
ISBN: 978-84-86115-64-7
Formato: 15,5X23 cm | Nº de páginas: 352 | Rústica

Publicar un comentario

0 Comentarios